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Padres ten cuidado: el arte, el tiempo totalmente buscado. Un estímulo para las madres
¡El bebé ya está aquí! ¡Alegría y cambio!
El día tan esperado por fin ha llegado. Diste a luz a tu bebé en un acto heroico, y ahora están juntos en tu constelación familiar personal e individual. Todo está cambiando. Si ya tienen hermanos, están experimentando una intensa realineación y un cambio de roles entre ellos y en la relación con sus padres. Los propios padres, ya sea solos o en pareja, sienten una sacudida en su relación a medida que el pequeño recién llegado se acomoda en su lugar.
Los cambios en tu vida diaria requieren toda tu atención: Por un lado, tu cuerpo está experimentando un poderoso, maravilloso y a menudo agotador proceso de recuperación y redescubrimiento en tareas nuevas y familiares. Necesitas mucho descanso y el menor estrés posible para que tu cuerpo y tu alma tengan el espacio necesario para familiarizarse con todo lo que sucede en tu interior: la lactancia materna, los posibles procesos de sanación, una nueva conciencia corporal, el contacto físico con tu hijo.
Las noches son agotadoras, te falta sueño. Quizás también te cueste aceptar la situación y dejarte llevar por ella tal como te fue dada... y, sin embargo, también hay tanta alegría y felicidad con la llegada del pequeño. En definitiva, poco a poco te das cuenta de que nunca volverás a ser el mismo; algo nuevo también ha nacido en ti.
Tu mundo exterior puede ser frenético, acelerado, ruidoso y agotador. Hay mucho en movimiento, y las olas parecen romper con fuerza, pero si miras más profundamente en tu interior y dejas de lado las capas superficiales, puedes percibir algo más: Detente un momento de vez en cuando y respira hondo. Toma consciencia del momento en el que te encuentras. Llega exactamente a donde estás. Observa lo que sucede dentro y alrededor de ti.
Profundizando: el arte de la atención plena
¿Cómo se siente tu cuerpo? ¿Dónde te duele? ¿Te duele la espalda por estar sentada de forma incómoda mientras das el pecho? ¿Estás cansada y agotada? ¿Sientes la energía hormonal y te sientes como si pudieras derribar árboles?
¿Cómo están tus pensamientos? ¿Siguen dando vueltas en torno a lo mismo? ¿A dónde regresas una y otra vez? ¿Estás preocupado o estresado?
Considere también su entorno: ¿Cómo están los demás miembros de su familia? ¿Cómo parecen sentirse sus hijos? ¿Qué tipo de aura emana su pareja? ¿Qué movimiento percibe en su interior? ¿Qué podría estar molestándole? ¿Percibe algún cambio en la presencia de sus seres queridos?
Recuerda, no se trata de que, como madre/pareja, tengas que responsabilizarte de lo que sucede a tu alrededor. Más bien, tienes derecho a sentir el ahora, tu momento presente, con todas sus facetas y estados de ánimo en constante cambio.
Con el nacimiento de un nuevo ser humano, todo cambia constantemente. Tan rápido como el bebé gana peso, se despierta y se duerme, se siente contento o llora, con la misma rapidez cambian nuestras emociones y sentimientos como adultos.
En la vida cotidiana, a menudo no somos conscientes de todo lo que ocurre a niveles más profundos. Todo lo que hacemos para que la vida cotidiana funcione no suele ser la "vida real", lo que sucede en segundo plano y de qué se trata. Nuestros sentimientos genuinos y profundos quedan enmascarados por nuestras acciones ajetreadas y, a menudo, ni siquiera son conscientes.¿Cuántos hábitos y enfoques hemos desarrollado para ocultar aquello que nos conmueve profundamente?
Expresar la vida verdadera de forma directa, cercana y con presencia nos resulta difícil en el mundo acelerado e inconsciente de hoy. Estamos obsesionados con mantener las cosas en movimiento.
Estarse quieto
Cuando nace un bebé, se queda quieto por un instante. Quienes prestan atención en ese momento y comienzan a comprender pueden percibir la capa más profunda de percepción que dice: Sí, el mundo... desear Están paralizados ahora mismo. Algo especial ha sucedido: un nuevo ser vivo ha llegado a este mundo, uno que nunca antes había existido. Está cambiando el mundo que lo rodea de forma contundente e irrevocable y quiere recordarnos que un nuevo comienzo es posible cada día.
Una nueva vida necesita ese momento en el que todo se detiene, para que a partir de ahí el mundo pueda seguir adelante en una nueva dirección; vuestro mundo como familia, vuestro mundo.
¿Cómo es posible capturar ese momento en el que puedes respirar hondo y llegar? ¿De qué sirve eso? Quizás tengas planes y ambiciones, te vaya bien y sepas un montón de cosas que hacer con tu tiempo. Incluso el bebé parece cambiar constantemente y se desarrolla rápidamente, ¿para qué quedarte quieto?
Este es el milagro de la vida: todo fluye constantemente, pero bajo él yace el gran océano de quietud. Este lugar es el lugar del encuentro, el lugar de la autenticidad, de la contemplación, la fuente de fuerza para cada acto creativo y cada sentimiento de estar vivo.
Con el nacimiento de tu hijo, te enfrentas a la vida de la forma más intensa posible. Te has convertido en madre, por primera vez o de nuevo; tú misma has dado vida. Ahora se hace evidente la maravillosa relación recíproca que tenemos los seres humanos: nos mostramos mutuamente quiénes somos.
Le mostrarás a tu hijo este mundo. Y tu hijo te mostrará el lugar del silencio.
Lo que nos enseña el bebé
Si es posible, reserve unas horas. Asegúrese de que usted y su hijo no sean molestados, apague todos los dispositivos y minimice el ruido a su alrededor tanto como sea posible.
Conecta con tu hijo física y emocionalmente. Su cuerpo habla y se comunica contigo constantemente. ¿Ves la intensidad con la que sus ojos miran al mundo? ¿Con qué conocimiento? Como un océano profundo, parecen iluminarte, preguntándote si puedes recordar. Tu hijo está conectado con todo lo que lo rodea; todo es un proceso de influencia mutua.
Tus reacciones a su presencia, su entorno, los estímulos y sonidos, su digestión, su alimentación, sus fases de sueño y vigilia. No hay separación entre tu bebé y su entorno.
Conectar con tu bebé puede recordarte que son iguales. Estás conectado con todo lo que hay dentro y alrededor de ti. Tu encuentro es un espacio de quietud y pura vitalidad, de reconocimiento mutuo.
Un momento con tu bebé puede enseñarte más que los últimos diez años de desarrollo personal. Cuando te sumerges por completo en ese momento juntos y adoptas la perspectiva de tu hijo, puedes percibir todo lo que sucede en la habitación: el zumbido del refrigerador, los movimientos fluidos del bebé, la respiración de ambos, el gorgoteo de sus estómagos, sus miradas y caricias, el latido de sus corazones.Todo está lleno de vida, todo está lleno de encanto. Te vuelves consciente de las más pequeñas interacciones entre ustedes y te das cuenta de lo increíblemente rico que es cada momento.
Eres el maestro de tu hijo, y si se lo permites, él será tu maestro. Regálales a ambos esta maravillosa perspectiva y experimenten cuánto puede enriquecerlos como personas y en su relación.
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AUTORA: SARAH ACKER
1 comentario
Danke für diese Zeilen!das Innehalten ist schwerer denn je in dieser Zeit, alles geht so schnell… und wir sind oft zu viel im außen abgelenkt als dass man Momente genießen kann!
Danke fürs aufmerksam machen!🙏
Carina
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