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Ego versus intuición: la batalla de las voces internas
Cada uno de nosotros puede conectarse con nuestra intuición. Sin embargo, a veces no es tan fácil. En la vida cotidiana nos encontramos con todo un abanico de voces: amigos y familiares, nuestra conciencia, nuestro ego... No siempre es fácil reconocer cuál es nuestra “verdadera” voz interior.
¿Qué es el ego?
En psicología, el ego se define, entre otras cosas, como la parte de nosotros que se encarga de analizar nuestra realidad y reforzar la concepción de nuestra identidad personal. El trabajo principal de nuestro ego es garantizar que se satisfagan nuestras necesidades básicas: comida, refugio y monitorear el medio ambiente para asegurarnos de que no estemos en peligro.
El ego analiza el futuro y nos empuja a hacer planes. Para cosas que seguramente sucederán o cosas que solo pueden suceder potencialmente. También recuerda nuestros recuerdos y eventos pasados. Busca determinar si podríamos haber hecho algo diferente que hubiera mejorado el resultado de la situación o nuestro futuro.
Eso suena bastante bien al principio: el ego quiere asegurar nuestra supervivencia. El problema es que hoy en día ya no dependemos tanto de nuestro ego. Nuestros ancestros cavernícolas dependían en gran medida de su ego y de sus instintos de supervivencia; Después de todo, su vida cotidiana a menudo consistía en reacciones de lucha o huida (la psicología llama a esto “respuesta de lucha o huida” o “respuesta de lucha, huida o congelación”). Ahora vivimos en un mundo comparativamente muy seguro y organizado y en realidad necesitamos mucho menos de nuestro ego. Sin embargo, nuestro cerebro (y las reacciones de nuestro cuerpo) no cambian tan rápidamente como nuestro entorno. Por eso el ego siempre nos domina y aún nos controla. La presencia de nuestro ego puede provocar de todo, desde estrés hasta ansiedad y episodios depresivos.
¿Qué es la intuición?
Desde una perspectiva espiritual, nuestra intuición proviene de nuestra alma. El alma es un organismo energético que reside temporalmente en nuestro cuerpo y está conectado a una inteligencia superior. Nuestra alma quiere que experimentemos el amor, disfrutemos de nuestra vida y crezcamos. De vez en cuando nos envía mensajes para ayudarnos a encontrar nuestro camino y señalarnos suavemente hacia nuestro mayor bien. Lo percibimos como un presentimiento, una ligera sensación de hormigueo o un pequeño empujón. Pero nuestra intuición también puede llegar a nosotros en forma de una voz interior que escuchamos hablándonos, o como sabiduría interior.
Se necesita práctica para poder distinguir entre la voz del ego y la de la intuición. Por eso hoy te voy a mostrar cinco formas en las que puedes abrir tu conciencia a tu intuición y así hacer un mejor uso de tu poder intuitivo.
Aprender a distinguir entre ego e intuición: 5 formas
Accesibilidad y capacidad de respuesta
La voz de nuestra intuición suele hacerse sentir inmediatamente después de una situación que hemos encontrado o después de habernos hecho una pregunta. Sin embargo, el ego llega unos segundos después: duda de nuestras decisiones, analiza demasiado las circunstancias y nos hace cuestionar nuestras reacciones.
Esto puede quedar más claro con un ejemplo: digamos que me pregunto si debería dedicar más tiempo a mi proyecto apasionante. Mi intuición respondería inmediatamente “sí”. Unos momentos más tarde, mi ego entraba en acción y me decía todo tipo de razones por las que esto era una mala idea.
Sonido y tono
Nuestra intuición suena gentil y amorosa. Siempre apunta a nuestras mejores intenciones y se centra en el amor. En algunas enseñanzas espirituales se supone que todas nuestras decisiones se reducen en última instancia a la pregunta: "¿Eliges el miedo o el amor?" son atribuibles. Nuestra intuición siempre respondería a esta pregunta con “amor”.
El sonido de nuestro ego, por otro lado, es fuerte, temeroso y arrogante. A menudo elegiría el miedo, pero sólo porque realmente quiere protegernos. Pero como se expresa de manera tan agresiva, normalmente ahoga la voz de nuestra intuición. Esto es lo que hace que nos resulte tan difícil conectarnos con ella.
Ubicación en el cuerpo
Nuestra intuición proviene del centro de nuestro corazón, es decir, en el medio de nuestro pecho, directamente detrás de nuestro esternón. Tal vez conozcas ese sentimiento cálido y confuso que se extiende por tu corazón cuando haces cosas que amas o pasas tiempo con personas que te importan. Esta es básicamente tu intuición queriendo darse a conocer y diciéndote: "¡Sí, más de eso por favor! ¡Eso es genial! ¡Sigue así!".
El ego está situado en nuestro cerebro, más precisamente en la corteza prefrontal. Esta área del cerebro se encuentra directamente detrás de nuestra frente y es responsable de planificar, tomar decisiones y moderar nuestro comportamiento. Entonces, la intuición versus el ego es realmente una cuestión de “cabeza versus corazón”…
Contenido y materia
Aquí también la diferencia es bastante clara. Nuestra intuición nos dirige y nos proporciona información que nos anima a vivir nuestra mejor vida. Se dedica a cosas que nos hacen sentir y experimentar más amor. El ego, por otro lado, nos proporciona toda la información crítica, analítica y centrada en la carencia. El ego es muy parcial y constantemente quiere dar su opinión.
Volviendo al ejemplo anterior: Mi intuición me diría: "El proyecto de tu corazón es parte del camino de tu vida. Puedes aprender, crecer y desarrollarte a través de él. También te amarás más a ti mismo y aprenderás a aceptarte incondicionalmente tal como eres. ¡Es mejor empezar de inmediato!"
Mi ego respondería muy críticamente: "¿Qué pasa si sale mal? No puedes hacerlo en absoluto. Es mejor seguir haciendo lo que estás haciendo. Es mucho más seguro. Además, miles de personas ya lo están haciendo, entonces, ¿qué diferencia harías?..."
Uf, ¿quién de nosotros no conoce esta disputa interna? Eso puede resultar bastante agotador.
motivación
El único motivo de nuestra intuición es que disfrutemos de esta vida y nos divirtamos. Quiere que sintamos alegría y notemos el amor que hay en todas las cosas de la vida. Por eso nos empuja suavemente una y otra vez en la dirección que nos puede dar exactamente eso. Tu intuición quiere descubrir qué es lo que disfrutas y qué te brinda mayor satisfacción.
A esto se opone –como no podía ser de otra manera– nuestro ego. Básicamente encarna nuestro instinto de supervivencia en la velocidad y su objetivo es protegernos de todo tipo de amenazas imaginarias o reales. Le encanta el status quo y no le gusta probar cosas nuevas. El ego también siempre va a lo seguro y le gusta sentirse cómodo.
Si mientras lees notas que realmente no te sientes conectado con tu intuición, siempre puedes empezar a escuchar más profundamente. Probablemente tu intuición sólo esté esperando que recibas sus instrucciones y recurras a ella más.
Mientras escribía, noté lo fuerte que es mi ego una y otra vez. Porque puedo ser un gato realmente asustadizo, incluso si sé que en realidad no tengo nada que temer. También debería volver a conectar más con mi intuición...
Desafortunadamente, a veces pasa un tiempo hasta que puedes volver a escuchar con mayor claridad la voz de tu propia intuición. Por eso es importante seguir preguntándose: "¿Qué necesito hoy? ¿Qué debo saber hoy?", y luego esperar pacientemente una respuesta. La respuesta seguramente llegará en algún momento. Para hacer esto, tenemos que bajar el volumen de nuestra voz del ego y escuchar en silencio nuestra intuición, porque quiere que la escuches.
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