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Mi hijo es intimidado en la escuela, ¿qué puedo hacer como padre?
*Advertencia: En la primera sección cuento sobre mis propias experiencias con el bullying*
*Este artículo se basa en experiencia personal y no constituye asesoramiento profesional*
Experiencias
El acoso escolar es un tema delicado. Puede ser reconfortante saber que no estás solo si tú o un ser querido se enfrentan a él. Este artículo busca ayudarte a encontrar esperanza, autoeficacia y un enfoque claro, brindándote así nuevas maneras de apoyar a tu hijo si sufre acoso escolar.
De niña, fui víctima de acoso escolar. Durante años, desde el jardín de infancia, me obligaron a meterme en la "fosa de los leones" todos los días, y sentía que no había salida. Mis padres no eran tan conscientes de la situación como deberían, y me volví cada vez más retraída, incapaz de encontrar las palabras para hacerme oír.
Además, mi hogar no era un lugar donde me sintiera mejor; sentía que, dondequiera que estuviera, no estaba segura. No me escuchaban y, peor aún, inconscientemente, parecía sentir que simplemente tenía que soportar el rol de víctima.
Día tras día, iba a la escuela con miedo y la expectativa de que se burlaran de mí. Durante el recreo, solía quedarme solo. Toda la clase estaba incitada contra mí, y a menudo me sentaba solo. Los rumores sobre mí corrían entre mis compañeros. Desconocidos me insultaban en los pasillos y se reían de mí. De regreso a casa después del autobús, me seguían adolescentes que querían asustarme. Incluso una vez me asfixiaron en el autobús escolar hasta que me desmayé.
El verdadero dolor de una situación tan angustiosa para el niño es la sensación de estar solo. Puede parecer que no quiere hablar de ello, pero el solo hecho de saber y sentir que podría hablar si quisiera le ayuda enormemente.
Nadie escucha
Pero ¿qué pasa si la experiencia de estar solo le parece tan real? ¿Y si tiene la impresión de vivir en una realidad que nadie más percibe como él? Los sentimientos de miedo y aislamiento, de impotencia e impotencia, son lo que más lo devasta.
Surgen sentimientos como: "No me dejan estar aquí. No valgo nada. Soy feo. Estoy solo. Nadie me ve. Es normal tener miedo. La vida no es bella".
Además, dependiendo de su edad, un niño puede aún no ser capaz de pensar, reflexionar ni comprender conscientemente su situación. Si siente que nadie lo escucha, se siente atrapado en sí mismo. No puede sentarse y decirse racionalmente: "Esto no puede seguir así. Necesito hablar con alguien".
Aquí es donde entramos los padres: Pensamos y actuamos por nuestros hijos de forma paternal, protectora y amorosa. Asumimos la responsabilidad. Recuerden: si no lo hacemos nosotros, normalmente nadie más lo hará.
¿Cómo puedes apoyar mejor a tu hijo, incluso en situaciones en las que tú mismo parezcas estar al límite? Lidiar con una situación de acoso escolar en familia suele ser solo uno de los muchos problemas graves que deben abordarse. Esto requiere sensibilidad.
Primero, recuerda: solo puedes ayudar si te ayudan. Por lo tanto, considera lo que necesitas para estar ahí para tu hijo con un corazón libre. Hazte un favor.Considere sus necesidades. Defiéndase. Establezca límites. Sea un ejemplo para usted mismo y para su hijo de cómo un
Cómo pueden comportarse las personas para evitar verse atrapadas en el caos. Porque tú también lo vales.
¿Qué puedo hacer? Consejos y trucos
Sea un lugar seguro. Tu hijo necesita sentirse seguro desde el momento en que entra por la puerta. Necesita contacto visual y cercanía física, gestos cariñosos y toda tu atención al llegar a casa. Incluso si todavía está en la escuela, necesita saber: Mi mamá/papá está en casa y piensa en mí. Me espera. Hay alguien en quien puedo confiar plenamente y que se preocupa por mí.
Entrena a tu hijo en la confianza en sí mismo y el amor propio ¡Nunca es demasiado pronto para eso! Tu hijo debe aprender, especialmente a través de tu trato, que tiene derecho a ser tratado con respeto y amor. Que nada se le puede hacer contra su voluntad. Que puede hablar y expresar su opinión en cualquier momento sin ser castigado. Tu hijo quiere sentir que lo escuchas y que sus palabras y actitud tienen un impacto.
Demuéstrale tu amor a tu hijo todos los días, especialmente a través de tu atención. ¡Acerca del tema! Observa el estado de ánimo de tu hijo al llegar a casa. Olvídate de tus propios desafíos por unos momentos y concéntrate en estar plenamente presente con él. Encuéntralo a la altura de los ojos y bríndale un espacio para que pueda hablar sobre cómo le fue en la escuela.
Superar la impotencia juntos
Nota: A muchos niños les resulta insoportable la idea de que sus padres interfieran, por ejemplo, intentando hablar con los padres de los niños acosados. Temen que esto solo empeore las cosas.
Tómate este miedo en serio. Es real y puede causarle noches de insomnio a tu hijo. Habla con él, de forma apropiada para su edad, sobre qué puedes hacer: hazle saber que están en la misma situación. Considerarás sus deseos y necesidades y juntos idearán un plan.
Déjale claro a tu hijo que estás dispuesto a hacer lo que sea necesario para cambiar la situación sin ir más allá de su voluntad.
Trae esperanza: Enséñeles que una situación insoportable nunca debe soportarse en silencio y sin moverse.
Prepárese para escribir una disculpa y dejar a su hijo en casa (por supuesto, tenga cuidado de no aprovecharse de esto). Pero también enséñele a contestar, a actuar en lugar de reaccionar y a manejar la situación adecuadamente.
Si te sientes estancado, habla con expertos. Sé proactivo. Considérate un padre que apoya a tu hijo y transmítele que crees en él. Se encuentra en una situación delicada, desafiante y, dependiendo de la gravedad, incluso traumática, y necesita algo por encima de todo:
La esperanza de saber: «Puedo hacerlo y saldré de esto. Esta situación terminará». Por ejemplo, hable con su hijo sobre un momento en el que lo alejarán de la situación si para entonces nada ha cambiado. Quizás aún sienta la necesidad de perseverar y superarse a sí mismo.Sin embargo, puede ser de gran ayuda saber que de una forma u otra, en cinco meses, cinco semanas, cinco días o incluso inmediatamente, tendremos una solución (por ejemplo, un cambio de colegio) para acabar con la situación.
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AUTORA: SARAH ACKER
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